13 de enero de 2013

El agua se junta en los ojos hasta que no tiene más lugar y parpadeás. Y esa sensación que recorre el pecho desde la panza hasta la garganta, la puntada, el nudo y la presión abajo de los ojos desaparecen y cae una lágrima, la boca se tuerce, se hace más difícil respirar.
El agua se desliza por la mejilla, primero lentamente hasta llegar a la boca donde puede frenar o seguir cayendo, ahora con más velocidad, por el mentón hasta llegar al precipicio y lanzarse al vacío. Se repite una, dos, cuatro, diez veces.